En esta autobiografía la autora relata con una prosa excepcional las diferentes etapas de su vida. Su niñez y adolescencia en las montañas de Idaho con su familia mormona. Los cuales se preparaban para el fin del mundo. Tara no asistió a la escuela y en cambio tuvo una mínima educación en casa. A los 17 años, imaginando un futuro diferente, tocó las puertas de una educación que sin que ella lo imaginara la llevaría a cuestionarse quién en realidad era ella.
En los primeros capítulos del libro la autora narra la niñez de ella junto a sus 6 hermanos: montando a caballo, trabajando en el taller de chatarra de su padre y viendo a su madre curar las heridas, que ellos se hacían mientras trabajaban o jugaban.
Tara leía los libros que estaban en su casa, que en su mayoría eran religiosos, como El libro del mormón. A los 7 años despertó un gran amor por la música, al escuchar a su hermano Tyler escuchar ópera, las obras de Mozart y Chopin.
Tara cuenta sobre los múltiples accidentes que la familia vivió: accidentes en carro, en el taller de chatarra, y aunque varios de ellos fueron graves, el padre de Tara gracias a sus creencias nunca consideró visitar un hospital. En esos momentos Tara no se preguntaba por las decisiones de su padre, pero en su edad adulta se cuestiona porqué su padre expuso tanto a ella como a sus hermanos a situaciones tan peligrosas.
Su adolescencia vino acompañada con el gran deseo de estudiar, en parte impulsada por la música: quería aprender a cantar mejor, tal vez dirigir el coro de la iglesia. Fue así, como con gran determinación se empezó a preparar para entrar a la universidad, una tarea difícil, pues nunca había pisado un salón de clase. Durante un año estudió Álgebra por su cuenta. Logró un cupo para la Universidad de Brigham Young (BYU). Estando allí tomó algunos cursos de música, y después empezó a maravillarse con la historia.
La adolescencia de Tara también estuvo marcada por la violencia de su hermano mayor Shawn, quien la maltrataba física y verbalmente, en esos momentos no había cuestionamientos sobre el comportamiento de Shawn, estos vendrían más tarde.
Una vez finalizado sus estudios en BYU , aceptó una beca para estudiar un doctorado en la Universidad de Cambridge. Durante este periodo, Tara en medio de reflexiones no solo sobre las ideas que estudiaba en los libros, sino sobre ella misma, y sobre su crianza, decidió hablar con sus padres sobre la violencia de su hermano Shawn. Ellos decidieron no escucharla e ignorar lo que ella decía. Aunque a lo largo de la historia ella cuenta muchos momentos de tensión con su familia, esa fue la situación que causó una profunda separación entre ella, sus padres y la mitad de sus hermanos.
En Cambridge, mientras trabajaba en su tesis de doctorado y después de la separación de su familia, Tara enfrentó una depresión y después de un año decidió pedir ayuda psicológica.
Tara reflexionaba sobre el significado de familia. Empezaba a aceptar que a pesar de amar a su propia familia no significaba que debía permanecer con ellos.
A lo largo de la historia, la autora mediante su experiencia de vida, invita a la reflexión sobre la construcción de identidad, la idea de quiénes somos: qué nuestra familia y la sociedad nos empieza a trazar desde que nacemos. Pero, a medida que crecemos, y vamos construyendo nuestro camino, tal vez lejos de nuestra familia nos preguntamos ¿Quién soy?, ¿Qué deber tengo hacia mi, hacia mi familia, hacia la sociedad? y tal vez al responder a estas preguntas nos encontremos que debemos renunciar a ideas, personas y replantearnos incluso lo que creemos que somos.